El ciego Bartimeo (el hijo de Timeo) estaba sentado junto al camino. Y cuando oyó que Jesús estaba cerca, se puso a gritar: —Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí…. Y le dijeron:—Anímate, levántate; Él te llama. Se acercó a Jesús y Jesús le dijo: —¿Qué quieres que haga? Y el ciego dijo: —Quiero ver. Y Jesús dijo: —Puedes irte; tu fe te ha sanado. (Marcos 10:46–52)

 

Mi nombre es Alicia Huancho Colina, tengo 44 años de edad, vivo en Collique alto desde el año 1990, cuando la zona no estaba tan poblada como ahora. El asentamiento donde está mi casa se llama 'Lomas de Collique'. Estoy felizmente casada con Marcos Fasabi, mis cuatro hijos se llaman Obed de 18, Natalie de 17, quien no vive conmigo, Nicol de 8 y Mateito de 3 años de edad.
 

Esto es un poco de su historia

Como todas las tardes, esperaba a mi esposo regresar de su trabajo, desde la puerta de mi casa para recibirlo, mirando cuesta abajo que llegara, de pronto me di cuenta que ya no podía ver de lejos, y cada día iba aumentando la dificultad, porque no solo era al ver de lejos, tampoco podía leer de cerca.

Durante la campaña médica de Operación San Andrés en el mes de octubre, me enteré que había atención en oftalmología, animada a pasar consulta, pensé que solo era la falta de anteojos.

Durante la consulta me hicieron la evaluación y me dijeron que tenían en ese momento dos noticias para darme, una buena y la otra mala, me dicen, lo bueno es que estas a tiempo para hacerte revisar con un especialista; tu caso no lo podemos solucionar aquí porque es complicado, al parecer has tenido un golpe y adentro del ojo se nota una mancha; ellos preocupados me dijeron si es que alguien me había golpeado. Contesté que nadie. Luego me dijeron la mala noticia, que si yo no acudía a un especialista lo más pronto para tratar la catarata avanzada perdería la visión total en cinco años.

Salí muy triste ese día del consultorio. En ese instante pensé en mis dos pequeños, qué iba ser de ellos, Nicole de 6 años, y mateo de 1 año y medio, porque yo los atiendo y les apoyo en las tareas escolares.

Esa misma noche mi esposo me notó muy triste, le conté lo que me estaba pasando, juntos oramos pero en mi mente no dejaba de pensar que perdería la vista total en cinco años. En ese tiempo mi esposo no tenía un trabajo fijo, el ingreso económico era muy poco, yo también trabajaba limpiando casas y lavando ropa, no teníamos seguro social.
 

Operación San Andrés la ayudó a concertar citas con especialistas

La semana siguiente a la consulta, me visitó la asistenta social de OSA y conversamos sobre mi caso. Acudí al Hospital de Collique con el SIS, seguro integral de salud. Los chequeos eran continuos, me intervinieron quirúrgicamente y luego me derivaron al Instituto Nacional de Oftalmología INO, porque mi caso era complicado. Cuando fui transferida a ese nuevo nosocomio, el médico tratante evaluó que yo también tenía desprendimiento de la retina, aparte de presión alta y procedieron a intervenirme con láser.

Posteriormente y en una siguiente evaluación me dieron fecha para hacerme la operación de catarata. Pero tal fue mi sorpresa cuando me dijeron que no podían implantarme la lente interna en el ojo, porque yo era muy joven para ese tipo de lente. Me dijeron que volviera a esperar hasta después de una junta médica. Nuevamente mi ánimo comenzó a decaer, pero no perdía las esperanzas porque tenía la fortaleza en Dios y el apoyo afectivo de mi esposo. La ayuda económica de OSA estuvo presente en todo momento al igual que el aliento de la hermana asistenta social.
 

Alicia también es líder en su comunidad 

Tenía la responsabilidad de la preparación y distribución desayunos, en un programa cristiano llamado Siloè para 100 niños de mi zona, 18 años sirviendo a la comunidad , tuve que ceder este servicio a otra persona porque tenía que tratarme en el hospital desde muy temprano, además de tener que cargar baldes llenos de leche y avena; el médico me había prohibido cargar peso debido a la intervención quirúrgica; también tuve que dejar de trabajar en limpieza, porque no podía salir sola, no podía desplazarme de un lugar a otro , no podía tomar los carros, porque no veía los nombres de las rutas de transporte, no salía, tampoco podía ayudar a mis niños en sus tareas, me sentía muy mal, pero yo ya no lloraba porque en mi familia habíamos pasado duras penas, solo le daba gracias al señor porque, sabía que siempre estaba a mi lado. Mis manos se convirtieron en mis ojos, todo lo hacía palpando, pero no renegaba.
 

—Al fin puedo ver... Es como si hubiera vuelto a nacer

Después de la junta de médicos, decidieron que yo tendría que usar lente externo de contacto, con la medida que ellos me iban a dar. Así fue. Cuando me colocaron por primera vez el lente después de más de un año de oscuridad, se cayeron mis lágrimas, vi el rostro del doctor, y quise abrazarlo de alegría. Cuando regresábamos a Collique, en el bus iba leyendo todos los letreros de anuncios que había por la calle, como una niña que está recién aprendiendo a leer, fue como si hubiera vuelto a nacer.

Al llegar a casa, miré con detenimiento el rostro de mis hijos pequeños, sostuve la carita de Mateito de 3 años, y le dije —Hijito, cuantas veces habrá estado tu cara cochinita y yo no te he visto—, nos abrazamos fuertemente y dimos las gracias a Dios por lo que había hecho.

Cuando fui a la Iglesia a dar mi testimonio, estuve con mis lentes oscuros, me puse adelante, en el salón y llegué a ver a la persona que estaba al final del aula y le digo —Hermano Luis, te puedo ver... Toda el aula se levantó, se acercaron, me abrazaron algunos lloraron y me dijeron ¡ya puedes ver…!

El lente que ahora estoy usando en mi ojo izquierdo es de gas permeable, tiene como tiempo de duración un año

Después del consultorio, hice la práctica con la ayuda de la asistenta social para colocarme el lente de contacto, según las indicaciones que el médico me dio… Y ¡enseguida a leer! También ha sido necesario el uso de lentes con montura para leer de cerca. Me gusta mucho leer y estudiar. Antes mi esposo era 'mis ojos'.

Dios utilizó como instrumento a los hermanos de OSA Houston y OSA de Collique para que se compadecieran de mí y pudiera volver a ver. Doy Gracias a los hermanos que me atendieron en la consulta de oftalmología de la campaña médica, porque ellos me explicaron el problema que yo tenía en mis ojos. ¡Muchas gracias, por ser instrumento de Dios para bendición de mi vida!