La pandemia en 2020 y el aislamiento obligatorio que lo acompañó dejó a muchísimas familias en Collique, una comunidad en los cerros desérticos del norte de Lima, desprovistos de los medios necesarios para poner un plato de comida sobre la mesa. Frente a la crisis un ejército de madres se movilizó para establecer ollas comunes en las comunidades mas necesitadas de Collique con la finalidad de proveer de al menos una comida nutritiva al día para sus familias y vecinos.

En paralelo en Operación San Andrés (OSA) estábamos buscando la mejor manera de ayudar a la comunidad de la cual formamos parte y concluimos que la mejor manera era trabajar mano a mano con las madres de Collique y sus ollas comunes. Así fue como a mediados de 2020 comenzamos lo que pensamos seria un programa de emergencia de 6 meses repartiendo alimentos no perecibles a unas 20 ollas comunes. Nunca nos imaginamos que tres años después, con la necesidad aun apremiante, estaríamos distribuyendo mensualmente alimentos a unas 60 ollas comunes que sirven unos 3,000 platos diarios a las familias mas necesitadas de Collique.

Cultivando hortalizas con la hidroponía

Distribuir alimentos es bueno y necesario, pero no es una solución a largo plazo. ¿Qué mas podriamos hacer? No tenemos todas las respuestas, pero… ¿qué tal pensar en producir alimentos y no solo distribuirlos?

Los cerros desérticos de Collique no parecen muy promisorios para cultivar alimentos, pero, sin dejarnos desanimar, nos pusimos a explorar posibilidades. ¿El resultado? Una alianza estratégica con una de las comunidades que servimos, Los Jazmines, para establecer un proyecto piloto de hidroponía; un método de cultivar hortalizas que requiere de una cantidad mínima de agua acompañada de nutrientes seleccionadas.

El plan funciona con la comunidad proveyendo de un terreno apropiado y los voluntarios para manejar el proyecto y OSA, de la mano con nuestros aliados en Yanapakuy, proveyendo de los equipos y capacitación necesaria. OSA también garantiza la compra de las primeras cosechas para luego distribuir las hortalizas a las ollas comunes que servimos. Los ingresos generados servirán, a su vez, para que la olla común de Los Jazmines pueda mejorar el contenido nutritivo de sus almuerzos. ¡Como se puede apreciar en las fotos la primera cosecha ha sido buenísima!

Alimentos para el cuerpo y el alma

Al ayudar a los vecinos de Los Jazmines cultivar sus lechugas y cebolla china también compartimos las buenas nuevas del evangelio con los niños de la comunidad en un club bíblico que se realiza cada sábado por la mañana. Sustento para el cuerpo y el alma. ¡Estamos seguro de que Jesús esta conforme!

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