Dennis Rojas
Los comedores populares brindan comidas nutritivas a miles de familias vulnerables en las zonas más pobres de Collique, una zona desatendida en las afueras de Lima, Perú. Entre las personas más necesitadas se encuentran aquellas que sufren discapacidades físicas que no pueden encontrar un trabajo con salarios dignos para mantener a sus familias. Este es el caso de la familia Rodríguez, donde ambos padres, José Luis y Paty, padecen graves problemas oculares que limitan gravemente su capacidad y por ello no logran ganar suficiente dinero para mantener a sus hijos de 15, 10 y 8 años. Tasas elevadas de desempleo y discriminación en el mercado laboral, entre otras cuestiones, impacta negativamente en sus ingresos en una ciudad donde el porcentaje de empleo informal alcanza al 66% de la población mayor de 18 años.
Por la gracia de Dios, los Rodríguez están conectados a un comedor de beneficencia local llamado “Bendiciones de Dios”, apoyado por Operación San Andrés, quien ayuda a aliviar sus dificultades financieras proporcionando comidas diarias gratuitas para los padres y sus hijos. Este comedor social está ubicado en una de las zonas más pobres de Collique y proporciona alimentos a más de 30 familias de la zona. Si no hubiera sido por esta bendición, la familia Rodríguez no habría podido alimentar a sus hijos con los limitados ingresos que obtienen vendiendo productos en las calles o dando masajes a los vecinos para ganar unos escasos cinco dólares por sesión. Además del apoyo nutricional diario que brinda el comedor social, esta familia recibe donaciones periódicas de alimentos por parte de OSA para ayudarlos a aliviar sus necesidades. “Somos personas discapacitadas que no podríamos sobrevivir sin el apoyo de que OSA nos da”, afirmó José Luis.
Noe Olortegui, miembro del personal de OSA, los visita constantemente para asegurarse de que se mantengan seguros y, al mismo tiempo, les ofrece nuevos recursos para mejorar su situación. OSA apoya a más de 69 comedores sociales en Collique, beneficiando a más de 4500 personas necesitadas cada día. Esta contribución no sería posible sin amigos y seguidores en EE. UU. y en otros países. “Queremos agradecer a OSA por cuidarnos. Nos das el alimento diario más importante para nuestros hijos. Sin este, estaríamos preocupados y preocupados por su crecimiento, ya que aún son niños”, afirmó Paty.